10 de julio de 2004

PRÓLOGO

PRÓLOGO

Si no te llamas JOSÉ o MARÍA, detente, este libro no lo entenderás. Tu nivel intelectual te impedirá su comprensión, aunque fueras catedrático emérito, premio nobel, o ministro del gobierno. Su lectura para ti resultará como una carga explosiva y no te traerá más que desgracias el hacerlo, pues está conjurado. Te sentirás estafado o estafada y creerás que te ha robado tu dinero quien lo escribió.

Si no te apellidas GARCÍA, de primero o segundo apellido, para; no te elegí como lector o lectora. Tú no puedes formar parte de mi imperio político, social y económico, a no ser que desees sufrir la más vil esclavitud. Nunca serías en él un ciudadano o ciudadana libre y pondré sobre ti las más pesadas cadenas, que te llevará varias existencias poder cortarlas totalmente. Las mayores pestes te asolarán y la miseria más espantosa te envolverá. Ni los más repugnantes y asquerosos seres: insectos, reptiles, hongos venenosos y microscópicos, bacilos, bacterias, o virus, serán capaces de vivir en los alrededores de la desolación que rodeará tu vida de sufrimiento. Serás un, una zombie, un muerto/a viviente si sigues y me lees. No lo hagas, ni siquiera gratis. Multiplicaré tus desgracias y plagas entre tus descendientes por generaciones, porque te daré una prolífica descendencia, para que aumente aún más tu estado carencial y tus angustias.

Si no te llamas JOSÉ o MARÍA, ni te apellidas GARCÍA, maldice el día en que naciste y reniega de tus padres, si me leyeras. Tu vida será sufrir, pues no tienes clase suficiente para poder leer esto. Este libro es indigno de ti, y si por casualidad me leyeras, me copiaras o tuvieras acceso a mi contenido, no encontrarás en tu vida un minuto de paz, ni un segundo de sosiego, ni una décima de segundo de tranquilidad. La maldición de Caín y sus descendientes será una anécdota de guardería, comparada con las cosas que podrán ocurrirte a ti y a tus sucesores. Y aún más, si me desvelas o revelas a otras personas que como tú, no se llaman JOSÉ ni MARÍA, ni tienen como primer o segundo apellido el de GARCÍA, cometerás con ellos un horrendo crimen, pues les llevarás y llegarás con tus desgracias, contaminándoles irremediablemente con ellas. Eso será un gran pecado y una grave responsabilidad tuya, pues ellos estarán con su ignorancia, pero tranquilos, y tú, que eres indigno/a de conocer este libro, por no reunir los requisitos esenciales, te allegarás a ellos con maldad y con tus cuitas, y sabiendo que ellos tampoco son destinatarios naturales de su lectura, intentarás darles conocimiento de él, con el inconfesable propósito de hacerlos partícipes de tus propios males y penurias. Con ellos cumplirás el papel del ofidio aquél que un día tentó y arrojó del Edén al Padre Adán y a la Madre Eva ¿Qué ha sido nuestra vida después de aquél mal acto, de aquella falta y débil voluntad de la primera pareja primordial, sino más que desgracias para ellos y nosotros, sus descendientes?

Si tu segundo o primer apellido no es MARTÍNEZ, y me lees, tus ojos se cegarán ante la realidad, tus oídos no escucharán, tu corazón no mostrará sus latidos naturales y notarás que el frío más glacial invade tu cuerpo por el exterior, en tanto que tu interior arde con el calor de una gigante azul. Querrás moverte y te creerás ser una estatua. Querrás hablar, y tus tímpanos sólo oirán el estruendo de un billón de truenos durante una diezmilésima de segundo, y después y a continuación, un billón de años luz de silencio. Querrán ver tus ojos y percibirán la negrura de mil noches de novilunio durante una fracción infinitesimal de tiempo, y a continuación el resplandor y estruendo de mil cuatrillones de megatones de trinitrotolueno, estallando simultáneamente en cada planeta de la galaxia, que cegarán definitivamente tus córneas, dejando tus ojos como el más opaco y mate negro azabache, incapaz de reflejar luz alguna, y por el contrario, absorbiendo y devorando toda aquella que vea con voraz apetito.

Finalmente, te dirijo mi exordio por enésima vez, con la intención de evitarte daño:

si no te llamas JOSÉ o MARÍA, ni te apellidas GARCÍA o MARTÍNEZ, VADE RETRO; mejor es que hubieras nacido otra cosa: una molécula de gas, o un protón de cualquier metal, o una espora de un hongo, o un parásito de una holoturia. Pero puesto que naciste humano/a, o sea pecador/a, y no llamándote JOSÉ o MARÍA, ni apellidándote GARCÍA o MARTÍNEZ, OSASTE leerme, ATENTE A LAS CONSECUENCIAS...

Cartagena, 25 de mayo de 1.992, 23:25 (primer manuscrito)

Cartagena, 30 de noviembre de 1.993, 02:00 (primera revisión)

Cartagena, 10 de julio de 2.004, 15:53 (revisión para poner en la bitácora GARCIANITAS)

© García Consorte  10 de julio de 2.004

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